Pensé que había nacido para ser cantante. Tuve la suerte de trabajar para Palo de Agua, fue mi gran escuela de teatro musical, estuve en canto por muchos años. Crecer en el mundo musical era mi plan A, por así decirlo. Y mi plan terminó desvaneciéndose porque me tuvieron que operar de las cuerdas vocales.
Yo estudié Administración y Contabilidad, hice lo que me dijeron mis padres: si tú quieres cantar necesitas tener una carrera seria; era lo que ellos llamaban «carrera seria». Así que llegó el momento de ejercer lo que había estudiado y empecé a trabajar en el Banco Nacional de Crédito, con la idea de estar solo por un año. Era más un dar las gracias a mi familia por todo el apoyo que me habían brindado en mi educación y, en especial, el apoyo moral. Me dije que sería solo un año y luego vería qué hacer. Por un tiempo estuve desilusionada, decaída porque cuando pasas años trabajando en un proyecto, un sueño que quieres lograr, y luego no puedes continuar con ese sueño, piensas que la vida se acabó y que no eres buena para ninguna otra cosa. Pero me llevé la gran sorpresa de que cada mes que iba pasando me encantaba más mi trabajo en el banco, y fui creciendo poco a poco.
En este momento soy vicepresidenta del Departamento de Corresponsalía, Área Internacional del BNC aquí en Venezuela, el cual tiene que ver con las relaciones interbancarias, todas las comunicaciones que tenemos con los bancos en el exterior para facilitarle a los clientes cómo mover su dinero. Ha sido un reto porque estamos viviendo, no solo en Venezuela sino a nivel global, un ambiente muy regulado donde la debida diligencia para el cliente es sumamente rigurosa. Es un reto y una gran oportunidad para mí siendo una mujer joven y apasionada con lo que hago.
Además, encontré un nicho que me apasiona, se me presentó la oportunidad, el año pasado, más allá de mis obligaciones laborales, de tener un programa de televisión donde entrevisto a emprendedores que tienen una idea, un proyecto o negocio que quieren hacer realidad. El propósito del programa no es solo dar visibilidad a sus emprendimientos sino también inspirar a esos venezolanos que no se atreven a emprender, porque piensan que es difícil. Tener una disciplina financiera es vital para el crecimiento de tu negocio. Atreverte a dar y ser honesta contigo misma, conocer cuáles son tus cualidades y defectos. Qué es lo que quieres dejarle al mundo, cuál es ese valor agregado o ese impacto que quieres generar. Es muy liberador.
Creo que la vida es como una montaña rusa, con altos y bajos, hay que tener esa capacidad de sacarle el máximo provecho a esas oportunidades que se nos presentan y cómo manejar situaciones difíciles, donde cada quien encuentre las herramientas necesarias. Entre mujeres es importante apoyarnos, cada vez es más común y normal, ser mamá y trabajar; ser emprendedora. Es un tema de transición de esas creencias que tenemos. Estoy convencida de que no se trata del tiempo que pasamos en casa con nuestros hijos, por ejemplo, sino que se trata de calidad de tiempo; por lo menos yo me esfuerzo cuando estoy con mi hijo en darle lo máximo de mí. Tenemos que apoyarnos entre nosotras para crecer. Tener ese sentimiento de hermandad.
El éxito, para mí, es un trabajo que se va forjando de a poco. Hay que tener paciencia y consistencia todo el tiempo para ese objetivo que se va transformando. Y tener adaptabilidad. Empiezas por lo chiquito y eso va teniendo un efecto expansivo. Estudiando teatro y canto me encontré con una frase: «La voz es el músculo, el alma». La vida da muchas vueltas, no me tocó convertirme en cantante, pero en mi programa trabajo todos los días en dar vida no solo a mi voz sino en brindarle la oportunidad a muchos jóvenes o emprendedores a levantar su voz.
Cuando me operaron recuerdo que tuve que estar en silencio por mucho tiempo, reposo vocal, y conocí a una persona, fue la única que me conoció sin voz. Me fui recuperando y un día me invitó a tomar un café. Cuando nos sentamos a tomar el café y empecé a hablar me dijo ¡wow, siento que ahora te estoy conociendo de verdad! No nos damos cuenta de lo mucho que representa la voz, no solo te da personalidad, porque tu voz es única y tiene esas características plenas tuyas. Con tu voz comunicas, te expresas y transmites un mensaje.
El micrófono es esa herramienta que lo hace posible. Es parte de mi motor y propósito. Trabajo en generar impacto positivo. Expresar o comunicar siendo yo misma. Porque estoy expresando mis creencias, sentimientos, lo que considero importante dentro de una industria o mercado, dándole oportunidad a unos jóvenes o emprendedores que son parte de mí y de lo que yo verdaderamente creo; vestida de traje corporativo.
