Melissa Serrano

"Cuando uno calla, se enferma"

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El primer regalo del Niño Jesús, del que me acuerdo, fue a los nueve años, cuando me trajo una grabadora que le pedí porque quería hacer programas de radio. Me gradué como periodista audiovisual, siempre me ha inspirado comunicar, pero la vida me llevó al lado corporativo donde aprendí de metodología y estructura; eso se me quedó como en mi ADN.

El ser desenvuelta lo he ido adquiriendo con el tiempo, uno siempre tiene miedo de hablar, hasta el día de hoy tengo miedo, pero son barreras que vas rompiendo. En mi familia vine a romper la línea del silencio. Desafortunadamente vengo de una familia de maltrato, estábamos acostumbradas a callar. Hasta que te das cuenta de que eso no es normal. Me di cuenta cuando me casé, porque era lo único que conocía. Me divorcié por violencia de género, específicamente, maltrato psicológico. El contacto con la gente es importante, es lo que te hace darte cuenta de que el mundo no es solo en el que estás metida. Empiezas a preguntarte «¿Es normal estar llorando todo el tiempo? ¿Es normal estar triste todo el tiempo?». Ahí es cuando decides cambiar, aunque te mueres de miedo. Dices «ya no más», y no hay vuelta atrás. Empiezas a encontrar tu voz. Estuve en esa terrible relación durante casi 12 años, y empecé a vivir, literalmente, cuando cumplí 30 años. Empecé a tener amigos, usar falda, hacer eventos de trabajo. ¡A ser yo!, lo que desde pequeña sentía quería ser. Tengo muchas Melissas, ahora la Melissa sumisa está sentadita en el banco, porque nunca nuestras personalidades se van, pero sí hay que aprender a controlarlas. Actualmente, estoy casada desde hace un año.
Hice un workshop de TEDx y ahí tuve la oportunidad de dar una charla y compartir, por primera vez, mi historia. Cuando me paré a hablar frente a treinta personas que estaban participando en el taller, yo estaba temblando, porque nunca en mi vida había dicho «viví violencia psicológica, y sufro de psoriasis; una enfermedad emocional autoinmune». Me di cuenta de que necesitaba seguir diciéndolo. Decidí solicitar una licencia, oficialmente, para crear el TEDx Altamira Women, porque entendí que muchas mujeres sufrimos en silencio. Yo hablo a través de las mujeres que voy conociendo en todas las ediciones que he organizado con el TEDx Altamira Women, desde el año 2020. Se necesita la estructura y metodología. Es una fórmula que te ayuda a enfocarte en una idea, no necesariamente tiene que ser una historia personal, pero sí algo que inspire a las personas a moverse para causar una acción, no importa si es en macro o micro. Para mí el silencio se rompe con la voz de las ideas.
Necesito escuchar mi cuerpo. Yo era súper workaholic, «hay que hacer, hacer, hacer». La psoriasis entonces se transformó en artritis psoriásica, me lo acaban de diagnosticar. Esto ha significado dar otro frenazo en mi vida. ¿Cómo aprender a poner límites?, para mí es fundamental. Es importante buscar ayuda, y darte cuenta de cuándo estás volviendo a caer en el ciclo. Cuestionarte si lo que estás haciendo, realmente, te está sumando. Porque de lo contrario el cuerpo nos dará estos frenazos naturales —y no tenemos que esperar llegar hasta ahí.
Un buen día para mí es «cuando hice un stop y pude salir a caminar, pasear a mis perros, me acosté temprano y tomé agua». Yo quiero tener más días buenos y para eso voy a empezar con esta nueva etapa de reestructuración, porque ya no quiero tantos días productivos. Voy a hacer que la balanza se vaya más a días buenos para poder tener días productivos. Debemos partir siempre por uno mismo, y ser más compasivos. Ahora, yo soy la protagonista de mi vida.
Me gusta recomendar como ejercicio, para empezar a hablar, escribir sin filtros, relajar la mano. Ahí te das cuenta de lo mucho que tienes para contar. Porque cuando uno se calla, se enferma. Es importante seguir hablando de nuestros pesares, así como de las cosas buenas, contando ideas que promuevan un cambio, pero con el ego sentadito en el banco.