Rossana Hernández

"Si crees en ti, vas a tener la generosidad de creer en los demás"

Compartir:

Si tuviera todo el dinero del mundo y me preguntaran «¿qué quieres hacer?», diría hacer teatro. Desde muy pequeña supe que mi vida iba a estar en un escenario. Soy la mayor de tres hermanos, nos crió mi abuela paterna en Carúpano. A mi abuela le debo todo lo que soy porque supo reconocer mis inquietudes artísticas desde pequeña. Ella trató de suplir las carencias que teníamos mis hermanos y yo, se entregó por completo a nosotros. Me acompañó en todo lo que quise hacer: mis presentaciones con la Burriquita, el joropo oriental, el ballet. Yo me acostumbré a estar en escena.
Tuve la oportunidad de venirme a estudiar a la universidad en Caracas, porque mis tíos me iban a apoyar con el pago. Yo quería hacer cosas artísticas o estudiar una carrera que tuviera un contenido social. Pero todas las carreras de esa índole que se planteaban en ese momento eran poco reconocidas, así que mis tíos, probablemente por miedo, me dijeron que no a todo lo que propuse hasta que dije, como por decir cualquier cosa, derecho. Lo que quería era venir a Caracas para desarrollar lo que de verdad me gustaba. Estudié derecho, fui la tercera de mi promoción. Cuando me gradué dije «voy a ejercer dos años», y terminaron siendo diez. En paralelo comencé a estudiar teatro y saqué también esa licenciatura.
En la mañana era abogada, y en la tarde teatrera. Hasta que no solo actuaba, sino que comencé a producir y dirigir. Tuve que escoger, y me decidí por el teatro. Con mucho miedo, porque dedicarse al teatro es muy incierto, pero estaba completamente convencida de que era lo que quería. Si me hubiera dedicado solo al derecho, probablemente hubiera tenido mayor seguridad económica, pero una parte de mí iba a estar dormida, mutilada. Con el teatro me siento mucho más expandida, más completa, y creo que hago una mayor contribución a la sociedad; puedo decir cosas en el escenario, formar gente en clases, eso me hace sentir mucho más útil.
Soy feliz. Yo obtengo alegría y paz por lo que hago. En mi niñez y adolescencia no lo fui tanto. Mi abuela y mis tíos me apoyaron, pero hubo una parte de mi vida muy triste. Con el teatro he podido trabajar estos temas, compartirlos y llegar a otros. A veces nos quedamos en el sufrimiento, rumiando los dolores, y pensamos que es la única posibilidad. Hay otras maneras de manejar esa historia que nunca va a dejar de ser tuya: puedes transformarla, traducirla en otras cosas que probablemente sean mucho más positivas para ti, y que además puedan ayudar a otros. El teatro es un vehículo de transformación muy poderoso, te ayuda a encontrar belleza, incluso en el dolor. Tanto hacer teatro, como ir a disfrutarlo como espectador. Es un momento muy hermoso. Me gusta pensar que cada uno pone un poquito y contribuye con lo suyo. Es un verdadero acto de comunicación y comunión.
El teatro es mágico, pero requiere de mucho trabajo y esfuerzo. Tú tienes que poner tus ingredientes. La vocación no es dedicarte a algo y estar quejándote sobre el sacrificio que hay que hacer. Vocación es cuando tú te dedicas a algo y estás dispuesto a sobrepasar todos los sacrificios porque necesitas y quieres hacer eso. Creo que todos internamente tenemos algo que nos dice que podemos hacer eso que queremos. Yo he dudado muchas veces, he pasado por momentos de decir «¿sirvo para esto?». Pero hay algo que me dice «sí, para esto tú naciste». Hay que tener mucha confianza en esa voz, en lo que te mueve. Así la oportunidad va a aparecer y tú la vas a escuchar, reconocer y aprovechar. Hay que tener mucha convicción en eso que estás haciendo, creo que así puedes seguir adelante. Necesitas mucho empeño, mucha claridad y enfoque.
Si crees en ti, vas a tener la generosidad de creer en los demás. Un artista es un ser muy generoso. Permanezco porque tengo confianza absoluta en lo que viene, en lo que podemos crear juntos. Me gustaría ser recordada como alguien que hizo una contribución, que estaba en una búsqueda como todos, pero quiso comprender. También como alguien que transitó, aprendió y transmitió eso a los demás. Quiero ser alguien que permita una circulación de conocimientos, abrir posibilidades e imágenes a su alrededor.