Soy periodista y consultora de comunicaciones estratégicas. Desde chica era la que más hablaba en la familia, siempre tuve esa inquietud por la comunicación. Empecé la carrera cuando tenía 17 o 18 años, estando en el primer semestre, como periodista de deportes en El Nacional, cuando no había mujeres periodistas de deportes como ahora, te hablo de 1995, 1996. Me gusta comunicar desde donde me siento cómoda, mi carrera y forma de comunicar han estado muy ligadas a lo que soy y eso nunca lo he abandonado; creo que no hay nada como pagar el precio de ser uno mismo. Porque si haces una cosa que no te gusta no lo vas a lograr. Ser uno mismo te hace más creíble, empática y más real. Esa es la clave de todo lo que hagas en la vida.
He tenido tres lecciones importantes de vida. La primera me tocó con la tragedia de Vargas de 1999. Fue muy fuerte, yo era una chama; de la noche a la mañana me tocó ver gente muerta, descuartizada, mucho dolor y sufrimiento de personas buscando a sus familiares perdidos. Eso me hizo madurar muchísimo como persona y tomar conciencia de para qué sirve la comunicación. Los comunicadores somos servidores públicos.
La segunda lección ocurrió con el golpe de estado de 2002. Antes del golpe me gané el Premio Nacional de Periodismo, tenía un año y medio en RCTV; lo que también fue un hito importante para mí porque demostré que sí podía lograrlo, porque cuando me dijeron que no podía ser reportera «porque no eres hermosa», según el estándar de ellos, yo eché para atrás tres pasos, pero seguí adelante y lo logré. Desde chama aprendí que cuando no te vienen las cosas fáciles es más desafiante. Mi tercera lección de vida fue siendo madre. Yo pensaba en mis dos bebés que tenía en casa y debía amamantar. Nunca se me olvida, en una manifestación, tenía los senos muy cargados de leche, y empezó una balamentazón —recuerda que esa era la época candela— yo en la camioneta me quito la chaqueta que tenía y me pongo el chaleco antibalas y la máscara de gas. Fue horrible el dolor que sentí durante toda esa transmisión. Y pensaba, ¡qué duro es ser mujer! Recuerdo que se me contaminó la leche completa, llegué a la casa y lloraba, no pude amamantar a mi hija. Seguían los peos en la calle y un día se me rompe el micrófono y me dicen, «eres mujer, no puedes seguir en la calle, no puedes seguir transmitiendo»…
Cuando cierran RCTV tuve que reinventarme, con dos niñas pequeñas. Creo que no hay que enamorarse del lugar en donde estás, una vez me dieron un consejo: «enamórate de tu trabajo, pero no de la empresa donde trabajas»; eso me ha permitido, con el tiempo, gracias a Dios, pasar por grandes marcas como Radio Caracas, Antena 3 y CNN. Ahora soy consultora y la gente se acuerda de mí por nombre y apellido. Creo que es bonito no solo transitar la vida, sino trascender. Cuando me quedé sin empleo vendí lazos por un año y me conecté con mi parte femenina, también me aferré a la fe, ahí aprendí que a veces puedes estar en la cúspide, pero de la noche a la mañana todo puede cambiar; esas cosas pasan, la vida es así.
Siempre he tenido como norte que hay que tener una buena sonrisa y buena actitud, eso ha sido mi cable a tierra, por decirlo así, con todo lo duro que he pasado, situaciones difíciles, deslave, golpe de estado, un desastre de país; y un desastre en mi vida personal, un proceso de divorcio donde fui violentada, sufrí maltrato físico y psicológico. Me he tenido que enfrentar a ser yo misma, afrontar sin dejar pasar nada, y sin miedo.
En el 2017 cierran CNN en Español, desde entonces me dedico a hacer consultorías en comunicación estratégica. He viajado por toda Latinoamérica hasta Estados Unidos, recientemente participé de las presidenciales en República Dominicana, donde el presidente fue reelecto y yo llevé la campaña de comunicación con el alcalde de Santiago. Soy la primera presidenta de la Asociación Venezolana de Consultores Políticos, le he echado muchas ganas y creo que es un buen ejemplo para decir «¡sí te puedes reinventar!».
Esta mano es un regalo que me hice cuando cumplí 50 años, es una obra de la artista Vanessa Iacono. Esta mano soy yo, refleja mi esencia. La etapa de mi vida donde quiero paz, soy estratega, estoy buscando mi norte —poner en orden mi corazón y mente—. Una etapa donde soy reconocida como ganadora del Premio Nacional de Periodismo 2001 en Venezuela, el Napolitan Victory Awards 2017 como «Mujer Influyente» en Comunicación Política en Iberoamérica y el Global Democracy Award 2021, otorgados por la Washington Academy of Political Arts & Sciences.
Creo que hay que ser consecuente, honrar lo que haces y no dejarse apabullar por nada ni nadie. Tomar las cosas como son, al final, todo tiene un tiempo bajo el sol. Así que, aprovecha tu tiempo. Lo importante es que tengas una estrategia —y con una buena comunicación, el amor y la empatía todo se puede—. Suena medio cursi, pero es verdad. El amor es la clave de todo. Si no amas lo que haces estás jodido.