Gabriela Valladares

"Vamos a seguir volando"

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Soy diseñadora, estudié arquitectura, pero me fui al diseño y ya tengo dieciocho años con una marca que se llama PaPuSa, que sobre todo hace piezas utilitarias o de indumentaria, que conectan con lo que te hace sentir orgulloso de ser venezolano. Trabajo mucho la venezolanidad porque me gusta conseguir los puntos en común donde nos podamos encontrar en medio de tanta separación. Desde hace diez años tenemos también Siete al Cubo, que es un espacio donde reunimos lo mejor del diseño venezolano y hoy en día representamos a más de doscientas marcas de todo el país. Me encanta ser punto de unión y reunir las fuerzas de todos para un bien común.

El lema de Siete al Cubo es «solos somos fuertes, juntos poderosos». Entonces creo que ahí está resumido todo, porque cada uno, de cada una de las marcas de diseño del país, tiene muchísima fuerza en su propia propuesta, pero cuando están todas juntas se genera esa fuerza mayor, donde la gente realmente se siente conectada con lo que se hace de bueno en el país. Me refiero a lo que se hace materialmente, porque no es una idea, una utopía, es una cosa que se plasma y que es físicamente tangible, está ahí. Eso tiene muchísimo poder. Siempre, desde que abrimos el diálogo, nos planteamos tratar a la gente, a los diseñadores y a los clientes como nos gustaría que nos trataran a nosotros. Es básica del maestro Jesús y creo que en eso está el mayor aprendizaje, en unir las fuerzas de todos.

 

Para conectarme con el otro creo en el namasté de los tibetanos. Mientras yo esté bien en mí y tú estás bien en ti, nos vamos a encontrar en ese bien común. Yo trato siempre de encontrarme en un lugar interno donde soy más yo y trato de unir ese ser interno mío, real, profundo y central de mi corazón, para que eso se expanda a todo lo que yo haga. Creo que todo lo que se hace desde la honestidad y el corazón, con amor y transparencia, llega a ese mismo lugar, en el otro.

Busco pescar la belleza en lo simple, y la contemplación es como el lugar donde está la base, desde donde somos. Un punto es lo primero. Cuando tú ves vida, es un puntito que late, sabes que eso es un corazón. ¿Qué hace que ese corazón lata? Para mí, es una chispa divina, algo divino desde donde comenzamos todos. Entonces eso es lo más simple y maravilloso del mundo a la vez. Cuando logramos conectar con ese lugar que es la simpleza, pero a la vez la cosa más compleja, maravillosa e increíble del mundo, entonces lo demás es como accesorio, ¿no?

Creo que es importantísimo no solamente hacerse preguntas, sino también comentarios, tener conversaciones internas. Continuamente me pregunto ¿estoy bien?, ¿soy honesta con lo que estoy haciendo? Esos cuestionamientos para mí son muy importantes, para poder entenderme y seguir andando. Yo creo que en el entendimiento, en ese abrazarse a uno mismo y poder hacer una reflexión interna, hay compasión. Porque la primera compasión tiene que ser con uno mismo sin perder el foco, para ganar un equilibrio interesante

¿Qué es lo que me mueve? Desde chiquita siempre tuve inclinaciones artísticas, siempre tuve interés por el otro y siempre me movió lo espiritual, entonces creo que todo se conecta y por donde me haya ido al final, es el hilo conductor. Yo tengo la fortuna de vivir de lo que me gusta hacer y quiero seguir haciéndolo y seguir y creer en lo que hago.  Entonces el fracaso depende de cómo tomes las cosas, no es lo que te pasa, sino lo que haces con lo que te pasa. Si tenías una visión de que querías que algo saliera como tú quisieras y no salió así, pues viene un nuevo capítulo, o sea, hay que recalcular y volver a ver qué vas a hacer y, de ahí en adelante, vamos a seguir volando.