Daniela Alvarado

"Me gusta disfrutar del trayecto"

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Tener dos padres que hacían grandes cosas en su trabajo fue para mí una gran motivación, independientemente de si hubiese querido ser actriz o no. En lo posible, siempre trato de honrar eso que fue inspiración para mí en algún momento. Al principio, reconozco que fue raro porque siempre era la hija de… Sin embargo, ya entre los 15-16 años me empezaron a llamar por mi nombre y a reconocerme por mi trabajo.

Ese descubrimiento de que yo ya era yo, con mi particularidad e individualidad, fue muy grato. Mi mamá lo disfruta mucho, pero mi papá lo disfrutaba más; le gustaba que lo llamaran el papá de… En general ha sido un trayecto muy divertido, el descubrirme como artista y aprender de mis errores.

Mi mayor aprendizaje ha sido el respeto por el trabajo. Aunque tengo muchos años de carrera, entré al teatro de grande. Ahí aprendí a respetar el oficio, a entender que hay cosas que no se pueden hacer. Es un ámbito que requiere disciplina —tienes que llegar temprano, saber tu texto, ser respetuosa con los compañeros, hacer buen camerino, limpiar el escenario, compartir las cosas. De eso se trata hacer la chamba y tener buena exposición. Todo eso forma parte del ser actor. Eso me costó un tiempo aprenderlo.

En mi trabajo trato de tomarme las cosas con más calma. Me gusta disfrutar del trayecto, saber escoger qué es lo que quiero hacer, escuchar a la gente, aprender. Recuerdo que hace muchos años, cuando vivía sola en Prados del Este, había una ventana que daba a un árbol muy bello. Lo vi pasar por todas las estaciones, y uno de mis grandes placeres era sentarme a observarlo, fue muy rico disfrutar toda su transformación.

Nunca he sido una actriz que se queda pegada en un papel. La última vez que me pasó salí airosa de la situación aunque sufrí mucho. Descubrí que no es difícil entrar en papel pero sí salirse, sobre todo del dolor emocional que te causa; porque el que queda afectado eres tú, no el personaje. Gracias a Dios tengo la habilidad de echar tres chistes y luego salir a llorar, me parece que no tiene sentido quedarse pegado.

Eso sí, no me gusta la mediocridad, ni la gente que espera que le caigan las cosas del techo y da todo por hecho. Creo en el trabajo. Busco constantemente qué inventar, qué hacer. Siempre tengo algo guardado esperando el momento en el que pueda sacarlo a pasear o llevarlo a cabo. No me gustan las cosas a medias y me molestan las cosas mal hechas. Para mí todo se logra con esfuerzo, pero también con equivocaciones y caídas.

Todo es posible mientras tengas la disposición, las ganas. Es importante escuchar a los que tienen más experiencia que tú. Muchas veces hay que quedarse callado, porque no tienes la verdad en la mano. Para mí eso era algo muy duro de escuchar a los 17, 20, 25, incluso a los 30; pero era verdad y me hubiera encantado entenderlo en ese momento. La sabiduría definitivamente viene con el paso del tiempo.

En los últimos años he descubierto que soy una tipa arrechísima; buena persona, incapaz de meterme con el pan de nadie. Tengo una sabiduría que antes no tenía. También he hecho mucha terapia y eso me ha ayudado con frustraciones que desconocía. Me siento bonita, sexy, poderosa. Nacemos con muchos complejos desde chiquitos y nos dicen que el amor es que alguien tiene que venir a rescatarte. No tienen que rescatarte, es principalmente quererte tú. Primero tú, segundo tú, tercero tú.

El cambio viene cuando aprendes a decir que no y tomas las riendas de tus decisiones. Es difícil cuando pasaste toda la vida diciéndole que sí a todo y luego te niegas, eso le genera a la gente como un cortocircuito. Pero cuando te empiezas a complacer a ti misma, los demás cogen mínimo y empiezan a llegar otras cosas. Ahí entiendes que el poder está en ti.

Hablando de poder, mi mamá siempre dice que soy un milagro de la Virgen de Lourdes, porque a ella le costó mucho tener un hijo. En mi cumpleaños 23 fuimos juntas a Francia y conseguimos una moneda de bronce hermosa en una máquina de juguetes en Lourdes. Ella me la mandó a montar y desde entonces es mi amuleto. Siento que tiene un poder estratosférico.

Me gustaría que la gente conociera muchas otras cosas de mí que no son tan visibles y que sepan que todo lo que hice, directa o indirectamente, fue desde el amor. Amo con mucha intensidad mi trabajo y a los que me rodean. Para mí mi carrera es como estar enamorada, es como esos primeros años de relación donde todo es perfecto. Yo realmente siento que todo ha sido perfecto durante mis 38 años de trayectoria, a pesar de los tropiezos, que son lógicos y tienen que existir. Pienso en eso y es la sensación de hacer el amor, de sentir pasión. Es como la primera vez. Siempre.