Claudia Valladares

"Impacto transformador"

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Yo creo que cuando uno descubre algo que le apasiona o quiere cambiar, a veces surge de ver la realidad a nuestro alrededor, uno se enamora y engancha con eso que hace. Trabaja y lucha por cambiar esas realidades que no nos gustan o que nos parecen que deben ser distintas. Me inspira sentir que mi trabajo tiene un sentido, un propósito. Que todo lo que hago al final se traduce en impacto transformador para las personas que tengo el privilegio de atender o de servir.
Yo tuve la suerte de conocer a muy temprana edad la diferencia entre haber nacido en una familia que tuvo la posibilidad de darme educación, amor, un hogar bien conformado, y a los siete años ir a un lugar que me llevó mi mamá y darme cuenta de que mi realidad era distinta, fue crecer con esa conciencia desde pequeña. Eso me dio una línea de acción, porque cuando conocí la pobreza a mi corta edad, empecé a hacerme preguntas, claro que no eran las mismas preguntas que hoy día me hago, pero en ese entonces me preguntaba por qué esos niños eran distintos a mí, no tenían juguetes ni qué comer o la misma ropa que yo tenía. Eso hizo, que al año siguiente yo empezara a hacer programas sociales, sin saberlo, a los ocho años, con misiones en comunidades indígenas, era una actividad que en el colegio hacían sólo las de bachillerato.
Emprender, en mi caso, ha sido como tejer una crineja de un montón de cosas que me inquietan, me gustan y he aprendido. En ese entretejer yo podría resumir hoy que mi emprendimiento tiene que ver con la pobreza, empoderamiento femenino, liderazgo. Todo enmarcado en la equidad de género. Yo creo que cada quien tiene que conseguir cuáles son los elementos con los que quiere trabajar, qué tiene como competencia o como diferenciadores, y qué le apasiona para ponerlos al servicio. Es como encontrar cuál es ese «match» entre lo que tú eres, sabes, quieres, te gusta o apasiona, y que está ahí afuera y necesita ser atendido y trabajado de una manera distinta, que a lo mejor nadie ha abordado o nadie ha resuelto aún.
Tú puedes traer una perspectiva diferente usando las herramientas que tienes, tus capacidades, competencias, pasiones, valores y creo que ahí está el secreto. Yo quisiera que todas las mujeres entiendan que tienen la posibilidad de hacerlo diferente. Dentro de nosotras está la fuerza para cambiar y seguir adelante. Cambiar el sistema. Necesitamos más mujeres que se convenzan de que el sistema no está bien. Está diseñado de una manera patriarcal y que debería ser más justo, equitativo, que hombres y mujeres estamos aquí para complementarnos; somos iguales en derechos y deberíamos ser iguales en oportunidades; y juntos podemos cambiarlo. Invitaría también a los hombres a ser parte del cambio, a acompañar a las mujeres en este cambio, porque nosotras solas no podemos y no es un tema solo de nosotras como mujeres. Por eso es que siempre hablo de que necesitamos más masculinidades positivas o como las queramos llamar. Necesitamos más hombres que sean conscientes de que esto no está bien, de que las mujeres no tenemos por qué no tener acceso de la misma manera que los hombres, a desarrollarnos en nuestras carreras, a ganar igual cuando ejecutamos el mismo rol.
Yo creo que hay que ser más conscientes de que las mujeres tenemos que trabajar por nuestra autonomía financiera, profesional; nuestra autonomía en general. Por eso desde muy jóvenes, en el Impact Hub, las acompañamos y ayudamos a hacer su proyecto de vida; para que tengan la capacidad de imaginar a dónde quieren llegar.
Porque cuando tú eres capaz de imaginar a dónde quieres llegar, eres capaz de construir un camino y saber por dónde transitarlo, con quiénes cuentas, cuáles son tus fortalezas, debilidades, y creo que de eso se trata, acompañar a más mujeres y niñas en ese camino, ya sea a través de la educación, el empoderamiento, la asesoría, las mentorías. Visibilizando el trabajo de otras, acompañándolas a través de esa sororidad de la que tanto se habla pero que a veces no la vemos tan presente.
Yo creo que hay que ser más conscientes de que las mujeres tenemos que trabajar por nuestra autonomía financiera, profesional; nuestra autonomía en general. Por eso desde muy jóvenes, en el Impact Hub, las acompañamos y ayudamos a hacer su proyecto de vida; para que tengan la capacidad de imaginar a dónde quieren llegar. Porque cuando tú eres capaz de imaginar a dónde quieres llegar, eres capaz de construir un camino y saber por dónde transitarlo, con quiénes cuentas, cuáles son tus fortalezas, debilidades, y creo que de eso se trata, acompañar a más mujeres y niñas en ese camino, ya sea a través de la educación, el empoderamiento, la asesoría, las mentorías. Visibilizando el trabajo de otras, acompañándolas a través de esa sororidad de la que tanto se habla pero que a veces no la vemos tan presente.  
Yo honro a mis ancestros, abuelos, abuelas, a mis papás. Recordar quiénes fueron, qué hicieron. Quién fue mi papá y quién es mi mamá, la única que me queda por acá. Para mí ha sido un aprendizaje descubrir qué tengo yo de ellos. Descubrir qué quiero hacer diferente. Qué paradigmas quiero romper, qué ortodoxias quiero cambiar. Es un aprendizaje de vida que llevo siempre cerca de mi corazón y me ha ayudado a entender quién soy y a dónde quiero ir.

En este pequeño altar de mis antepasados honro la vida. A mí me encanta esa costumbre que tienen otras culturas, como la mexicana, o la asiática, de tener un pequeño altar de los ancestros para honrarlos y tenerlos presentes. Desde ahí les digo bueno, tú ahora que estás, quizás en ese otro lugar que no entendemos bien cómo es, ayúdame desde allí y guíame. También a mi pequeño hijo que murió a los 14 días de nacido, y, aunque no tengo una foto de él, le pido, porque espiritualmente está allí y me acompaña como un angelito que me guía.

El propósito que tengo en la vida es el convencimiento de que quiero dejar una huella y que cuando yo no esté aquí, en este plano, la gente me recuerde por algo que hice bien para cada persona.