Alesia Rodríguez Pardo

"La inclusión es donde las diferencias encuentran oportunidades"

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Trabajo por la inclusión integral. La inclusión para mí es donde las diferencias encuentran oportunidades, es innovación, una obra en constante construcción que aporta muchísimas cosas positivas para cada uno y para la sociedad. Quiero construir un cambio de percepción y de cultura que apoye más el cuestionamiento de lo que quizás hemos concebido como «algo normalizado», y más bien que nos cuestionemos. Permitirnos sentir las diferencias para encontrar un camino juntos.

Es clave construir los argumentos con firmeza, sustancia e información, entender las causas de las cosas; poder explicar qué es lo que está ocurriendo y poder traerlos a la reflexión, para que el otro se dé cuenta por sí mismo. Es fundamental el respeto a uno mismo y el respeto a los demás. Mientras más diverso sea un equipo, o una dinámica, más enriquece lo que estás creando e innovando. En las empresas se traduce en mayor productividad, y en un país en más prosperidad y bienestar. Es lo que para mí se acerca a un futuro como uno quiere, aceptar que somos distintos y que podemos convivir; un futuro de convivencia. Es buscar cómo esas diferencias pueden crear oportunidades, y esas oportunidades hay que crearlas e impulsarlas. Yo trabajo en profundizar en esos cambios y en ayudar a las organizaciones, empresas, instituciones, a poner cada uno su granito de arena para una cultura y sociedad de cambio.

Mis padres siempre me decían «si sales a estudiar fuera de Venezuela piensa ¿cómo puedes traer de vuelta lo aprendido?». Siempre escojo a Venezuela, aquí estoy desarrollando lo que es parte de mi vida. Mis padres me transmitieron esa filosofía y venezolanidad, es lo que me ancla y me da arraigo. Mi madre fue ingeniera, una de las primeras ingenieras en Venezuela, y, además, socióloga, mi padre ingeniero también; admiraba enormemente a mamá. Yo crecí en un mundo donde veía una mujer que se preparaba y podía hacer lo que quería, y un hombre que la respetaba y admiraba mucho. Sé que eso no es necesariamente lo más común, fue una bendición, y la mejor inversión y herencia que nuestros padres nos dejaron a mí y a mis hermanos. Curiosamente me fui por el área de economía y finanzas, pero siempre con una visión de impacto social, como mi mamá; me enfoqué mucho en las microfinanzas, en los microseguros, en ver cómo las cosas pueden funcionar, porque de nada sirve que tengas toda la técnica si no tienes el impacto social que quieres alcanzar.

Yo he aprendido que uno tiene que estar evaluando, analizando. Siempre quiero entender, porque una vez que entiendes de eso dependerá que lo que hagas sea desde la convicción. Me gusta impulsar, ser como un puente conector de personas, de ideas que abran la mente y el corazón. No siempre sé cómo vamos a lograr conectar, pero sí que cada uno es una parte importante; reconocerlo es inclusión.

He aprendido que mi mejor ancla y guía es mi intuición. No quiero fallarle a mi niña, acordarme de ella me da energía, por eso siempre tengo conmigo una foto de cuando yo era pequeña, me ayuda a no olvidarme de esa niña que soñaba y lo cuestionaba todo con mucha curiosidad. También me acompaña la foto de mis padres, donde salen riéndose, como diciéndome «no te lo tomes tan en serio», porque puedo llegar a ser muy estructurada y ellos me recuerdan que, ante todo, sonreír, meterle un poco más de liviandad a las cosas porque a veces el reto no es fácil. Una vez, en un momento difícil de mi vida, ellos me escribieron una carta de puño y letra, firmada por ellos, la conservo conmigo, me recuerda que siempre están.